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la enfermedad y su sentido biologico

LA ENFERMEDAD Y
SU SENTIDO BIOLÓGICO

LA BIOLOGÍA TOTAL DE LOS SERES VIVIENTES 

La Biología Total de los Seres Vivientes es una ciencia que interpreta el funcionamiento del ser humano como un todo holístico e integrado por todas sus realidades y vivencias. Encuentra el propósito de cada experiencia, y permite ir mucho más allá de la sintomatología de cualquier dolencia o enfermedad, llegando a la comprensión última de sus causas, y permitiendo así su sanación. 

LA ENFERMEDAD DEBE INTERPRETARSE COMO UNA SOLUCIÓN BIOLÓGICA PERFECTA DEL CEREBRO, QUE BUSCA GARANTIZAR LA SUPERVIVENCIA DEL INDIVIDUO. SIEMPRE TIENE SENTIDO, LÓGICA, Y CURA. 

Aunque culturalmente la enfermedad siempre ha sido temida y considerada un mal, se trata simplemente de un estado en el cual el cerebro -órgano gestor central del ser humano- genera como respuesta perfecta en pos de la supervivencia del individuo, de su clan, y de la especie.

La comprensión de la enfermedad en estos términos y de ciertas leyes biológicas operantes -hasta hace poco tiempo desconocidas – permite alcanzar rápidamente una clara mejoría e incluso la cura definitiva en la mayoría de los casos. 

Una comprensión elemental del funcionamiento y fundamento de esta ciencia es indispensable para que la conciencia del paciente esté preparada y disponible para un cambio conceptual muy radical respecto a su visión de la enfermedad que padece. En esencia, se trata de entender que la dolencia no es una desgracia, sino una solución perfecta de supervivencia, ejecutada por el cerebro, y que puede ser eliminada si el motivo que la volvió necesaria es concientizado y cambiado: si el estrés psíquico desaparece. 

Una pregunta fundamental para la toma de conciencia es: ¿cuál es el conflicto psicológico que desencadenó la enfermedad? y un interrogante clave para la curación es: ¿qué debo lograr para desactivarlo?.

 La correcta respuesta a ambas preguntas concluye en la sanación, y nace en la toma de conciencia, en el simple y a la vez maravilloso acto del entendimiento, el “darse cuenta”. 

Teniendo en consideración que la enfermedad es una solución, una respuesta biológica de supervivencia, surgen otras importantes preguntas que resultan muy provechosas de meditar: 

¿Para qué me sirve esta enfermedad? ¿Qué me impide hacer? ¿Qué obtengo gracias a esta enfermedad? ¿Qué cambió en mi vida a partir de esta dolencia?. 

La Decodificación Biológica de las Dolencias y Enfermedades, Biodecodificación, Decodificación Terapéutica, o Biología Total, propone indagar científica y sistemáticamente en los aspectos fundamentales de la vida del ser, en busca de una solución definitiva. 

SÍNTESIS DEL FUNDAMENTO 

El cerebro organiza y gobierna el funcionamiento del cuerpo físico de forma eficaz, persiguiendo el objetivo específico y primordial de garantizar la supervivencia del individuo en el instante siguiente. Así ocurre con el ser humano, y así ha ocurrido desde los primeros organismos vivientes dotados de dicho órgano. Realiza permanentemente mediciones y ajustes tendientes a asegurar la supervivencia, eligiendo el plan acorde al mejor intento: aquel que requiere aplicar la menor inversión posible de energía. Cuando ocurre un conflicto importante, y se genera un pico de sobre -estrés que sobrepasa el índice aceptable, el cerebro reconoce la alarma de una de las dos causas de mortandad estadísticamente fiables a nivel biológico: 

Muerte por distracción. 

Muerte por agotamiento. 

(Ten en cuenta que si la vida del planeta Tierra estuviera representada por un reloj de agujas, el ser humano desarrollado ocuparía apenas los últimos 17 segundos; por lo tanto, para el cerebro, en términos estadísticos de supervivencia, las muertes por accidentes, ataques cardíacos, cáncer, suicidios y demás ocupan una posición realmente irrelevante frente a las dos causas de muerte más importantes de las especies, expuestas arriba). 

A fin de evitar el peligro inminente causado por el trauma presente y activo, el cerebro busca descomprimir el estrés psíquico biologizando el conflicto, es decir, bajando la tensión a nivel de la biología (el cuerpo físico); un área que él sí puede dominar . El cerebro descarga así la tensión psíquica, y el sujeto puede continuar viviendo sin riesgo de muerte inminente, pues el estrés mortal ha sido reducido en forma de señal biológica. 

A esta solución perfecta y natural se le ha llamado “la enfermedad”, aunque queda claramente expuesto que no se trata de un proceso indeseable, sino todo lo contrario: es una solución biológica eficaz para sobrellevar un conflicto determinado, en términos de supervivencia. 

El órgano afectado y el tipo de enfermedad estarán siempre en directa relación con la vivencia del conflicto originario y con el nivel del estrés generado por él, y es por ello que al hacer consciente esta causa, el cerebro reevalúa el índice de estrés y, siendo éste ahora aceptable, procede a iniciar inmediata y rápidamente la remisión de la enfermedad (la solución biológica que ahora es innecesaria): repara y restituye el organismo. (Es importante recordar que el cerebro sigue esforzándose por utilizar el menor nivel posible de energía; cualquier enfermedad requiere energía para existir, por lo que si ya no es necesaria, el cerebro buscará recuperar ese potencial invertido en el menor tiempo posible). 

También esto explica por qué un grupo de varios sujetos, sometidos todos ellos a un mismo tipo e intensidad de shock, solamente algunos enferman: principalmente depende del nivel individual de resistencia al estrés, y de la forma en que cada uno de ellos vive el conflicto. (No se refiere a contar lo sucedido, sino lo que se ha sentido al respecto). Básicamente, si no hay conflicto generador de estrés, la enfermedad ya no tiene ningún sentido, y el cerebro seguirá velando por la supervivencia del individuo. Cualquier enfermedad se curaría en forma automática -de hecho, lo hace- cuando el cerebro determina el punto de “final del conflicto” (conflictolisis). Lo que ocurre generalmente es que durante el proceso normal y natural de reparación y restitución, aparecen los síntomas, y -ocasionalmente acompañados de un diagnóstico que actúa como verdadero verdugo- producen un nivel de estrés muy elevado, generando entonces una retroalimentación negativa al circuito, un nuevo sobre-estrés, que muchas veces acaba manifestándose en forma de una nueva dolencia. A este proceso se lo conoce como “conflicto diagnóstico”, y es por ello de vital importancia conocer lo que es en verdad la enfermedad, para evitar a toda costa el implacable temor que un diagnóstico puede generar.


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