EL ARTE DE EVOLUCIONAR

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KRISHNAMURTI

Krishnamurti nació en la ciudad de Madanapalla distrito de Madrás, India.

En 1925 murió Nityananda, hermano de Krishnamurti. Esto le produjo una gran pena y fué decisiva en su vida Espiritual. El ha escrito: Cuando murió mi hermano no pasé por una gran experiencia – no sólo de dolor; el dolor es momentáneo y pasajero, pero el goce de la experiencia permanece. Si comprendéis exactamente la vida, la muerte es una experiencia con la que podéis construir vuestra morada de perfección, vuestra morada de placer. Y escribe también: He sufrido, pero me propuse liberarme de todo lo que me ataba, hasta que por fín me uní con el Bienamado, entrée en el mar de la liberación y establecí esa liberación dentro de mi. Desde ese momento se presenta Krishnamurti al mundo espontáneamente como un instructor espiritual, que desea ayudar a todos los hombres para que consigan la última y suprema Felicidad que él ha hallado dentro de sí mismo. En estos últimos años ha creado una filosofía de la vida, muy interesante y original, en estrecha armonía con el pensamiento moderno y con las condiciones del siglo XX.

Krishnamurti no dice que es el gran instructor en el sentido que es empleado este término por los (leaders teosóficos), ni tampoco es su deseo fundar una religión. Ha dicho repetidamente que no tiene discípulos ni quiere, pues mantiene que el crecimiento espiritual es un asunto enteramente individual y no puede llevarse a cabo por ningún medio externo, ya sea aceptando ciegamente a un instructor, por elevado que sea, ya sea por la práctica de las religiones organizadas y los ceremoniales. Esta manera de pensar que nece de una interna y profunda convicción, ha llevado a Krishnamurti a romper con el movimiento teosófico y con la actitud de los teósofos ante la vida. Especialmente repudia toda autoridad en materia espiritual y la división de la enseñanza espiritual en grados esotéricos reservados para una minoría.

Krishnamurti sostiene que una organización con fines espirituales se convierte, inevitablemente, en una barrera para la búsqueda individual de la Verdad y crea distinciones que conducen a la dominación espiritual y al exclusivismo. Como resultado de esta opinión disolvió en 1929 su propia Orden de la Estrella que, al correr de los años se había convertido en un movimiento internacional con ramas en casi todos los paises del mundo, y muchos e importantes miembros. Este paso representaba la pérdida de considerable cantidad de dinero en forma de suscripciones y donativos de los miembros para la obra.

El cree, además, que el hombre espiritual no se debe sobrecargar con posesiones, pues éstas producen la esclavitud y males innumerables. Esta actitud ha producido lógicos resultados en su propia vida. En 1924, el baron Philip van Pallandt van Eerde de Holanda cedió a Krishnamurti su bello castillo de Eerde, uno de los ejemplares más perfectos que se encuentran en Holanda de su arquitectura de principios del siglo XVIII. Con este Castillo el baron donó la heredad que lo rodea de unas 2.000 hectáreas. Krishnamurti rehusó en persona este dontivo, pero su propietario lo cedió y puso bajo la administración de una Fundación, para ser dedicado a la obra de Krishnamurti. Hasta el Verano de 1930, Krishnamurti fué el presidente honorario de la misma; pero ha dimitido el cargo, y no tiene ya relaciones personales, financieras y legales con la propiedad de Eerde.

Cuando se casó el Baron, en 1928, Krishnamurti ofreció devolverle el Castillo y la mayor parte de las propiedades; pero solo cuando Krishnamurti renunció a toda relación con la Fundación Eerde, el baron se decidió aceptar la devolución, que quedó legalizada en Marzo de 1931. Únicamente ha quedado el poder de dicha Fundación la parte del bosque reservada para las reuniones campestres.

Se han construido otras fundaciones semejantes para administrar las propiedades y el dinero que antes pertenecieron a las propiedades y el dinero que antes pertenecieron a la orden de las Estrella en América, India y Australia. Krishnamurti ha roto con todas ellas; de modo que aunque existentes para propagar sus enseñanzas, él permanece completamente aparte y libre de toda responsabilidad directiva o financiera. Todos los derechos por la venta de sus libros se han empleado para desarollar su obra; y ha cedido hasta su, única casa Arya Vihara, en el valle de Ojai, California, donde murió su hermano. En los últimos años ha rehusado por dos veces grandes cantidades de dinero una vez, 5.000 dólares por semana, por actuar en los estudios cinematográficos de Hollywood, pues le pidieron que hiciese de protagonista en una película sobre la vida de Buda.

En verdad, se puede decir que ahora nada posee, ni casas, ni tierras, ni dinero, aunque ha podido tenerlo todo. Cubre sus gastos con los donativos de sus auditorios.

Aunque Krishnamurti manifiesta no ser instructor de todo el mundo en el sentido teosófico, afirma que ha alcanzado la meta de la evolución humana. La define como la unión complete y consciente con la vida misma, principio vital y creador que se halla detrás de toda manifestación. A este principio vital y creador que se halla detrás de toda manifestación. A este principio lo llama también la verdad; y enseña que la búsqueda de la verdad es únicamente fructífera cuando las hace cada individuo en las profundidades de su propia conciencia, en dónde se halla escondida la vida. Para encontrarla hace falta la selección y la rebeldía creadora. Esta rebeldía es doble. Por una parte hay que tratar de liberar al yo de la esclavitud de toda autoridad. Las tradiciones, los sistemas de pensamiento, los cánones de técnica, las instituciones y organizaciones de cualquier clase impiden la libre expresión del espíritu creador humano y lo convierten en un esclavo mecánico. 

La vida debe construir su propia técnica dentro y al través de él. Sólo de este modo conseguirá la plena realización de la verdad.


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