EL ARTE DE EVOLUCIONAR

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BIOCENTRISMO

La teoría del Biocentrismo creada por el Dr. Robert Lanza y Bob Berman, el primero, uno de los científicos más importantes de la actualidad, el primero en clonar ejemplares de una especie en extinción, creador de innumerables artículos científicos, nos propone un cambio de visión del mundo, donde hasta ahora dominaban las leyes de la física, partiendo de la biología, ciencia que según Lanza dominará el siglo XXI. 

Los principios del Biocentrismo, están sustentados en la ciencia establecida y plantean un nuevo punto de vista acerca de las actuales teorías sobre el universo físico. Frente al modelo antiguo de pensamiento en el que el universo era fruto del choque aleatorio de partículas, fruto de la casualidad y de “origen misterioso”, plantea un problema para la física, la creación de la conciencia. La física no puede explicar en la actualidad como un grupo de moléculas son capaces de crear la conciencia en el cerebro. Es un misterio para la ciencia moderna descifrar como de la materia se crea la conciencia. Partiendo de este vacío en la ciencia, Lanza desarrolla el Biocentrismo basado en siete principios.

PRIMER PRINCIPIO

PRIMER PRINCIPIO DEL BIOCENTRISMO: “LO QUE PERCIBIMOS COMO REALIDAD ES UN PROCESO QUE EXIGE LA PARTICIPACIÓN DE LA CONCIENCIA” 

Robert Lanza en su libro explica este principio con un ejemplo de sencilla comprensión. “El arco iris. La súbita aparición entre las montañas de esos colores yuxtapuestos puede dejarnos sin aliento, pero la verdad es que somos absolutamente imprescindibles para que el arco iris exista. Cuando no hay nadie presente, sencillamente no hay arco iris…Son necesarios tres componentes para que haya un arco iris: debe haber sol, debe haber gotas de lluvia y debe haber un ojo consciente (o sustituto, un rollo de película) dispuestos a una posición geométrica precisa….¿qué sucede si no hay nadie? La respuesta es que, entonces, no existe arco iris. Es necesario que esté presente un sistema ojo-cerebro(o su sustituto, una cámara, cuyos resultados no los verá hasta más tarde un observador consciente) para completar la geometría. Tan real como parece el arco iris, necesita de nuestra presencia tanto como necesita del sol y de la lluvia. 

SEGUNDO PRINCIPIO 

SEGUNDO PRINCIPIO DEL BIOCENTRISMO: NUESTRAS PERCEPCIONES EXTERIORES E INTERIORES ESTÁN INEXTRICABLEMENTE ENTRELAZADAS; SON LAS DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA, QUE NO SE PUEDEN SEPARAR 

Varios experimentos demuestran que con hasta diez segundos de antelación tomamos las decisiones a nivel subconsciente, midiendo la actividad neuronal, antes de que el sujeto sea consciente de la acción. 

Llevamos toda la vida creyendo que tomamos las decisiones conscientemente y es el cerebro quien lo decide desde el subconsciente mucho antes de que nosotros tengamos consciencia. 

Lo que hemos percibido siempre de forma externa y separada a nosotros, en realidad sucede en nuestro cerebro. Lo que parece suceder fuera, no es más que una mera construcción mental de un aroma, una textura o un sabor, por ejemplo. 

TERCER PRINCIPIO 

TERCER PRINCIPIO DEL BIOCENTRISMO: EL COMPORTAMIENTO DE LAS PARTÍCULAS Y OBJETOS-ESTÁ INEXTRICABLEMENTE LIGADO A LA PRESENCIA DE UN OBSERVADOR. SIN LA PRESENCIA DE UN OBSERVADOR CONSCIENTE, EXISTEN, COMO MUCHO, EN UN ESTADO INDETERMINADO DE ONDAS DE PROBABILIDAD. 

Basado en la física cuántica y en tres de sus principios: el entrelazamiento cuántico (“es la conexión entre dos objetos, una conexión tan íntima que los hace comportarse como uno solo, instantáneamente y para siempre, incluso estando separados por galaxias de distancia. Su “naturaleza fantasmagórica” se nos muestra con máxima claridad en el experimento clásico de la doble rendija.”, la complementariedad “ que significa que los objetos a escala reducida pueden presentarse de una manera u otra, pero no de ambas, dependiendo de lo que haga el observador; es decir, el objeto no tiene existencia en una localidad específica y con un movimiento determinado, sino que únicamente el conocimiento y las acciones del observador lo hacen existir en un lugar o con una animación concreta”) y el colapso de la función de onda (“la idea de que la partícula física o un bit de luz existe únicamente en un estado de posibilidad borroso hasta que su función de onda se colapsa en el momento de la observación, y solo entonces adopta realmente una existencia definida de acuerdo con la interpretación de Copenhague….Las ondas cuánticas simplemente definen el lugar potencial que puede ocupar una partícula…Una onda de probabilidad no es un suceso ni un fenómeno, sino una descripción de la probabilidad de que un suceso o un fenómeno se produzcan. No ocurre nada hasta que el suceso se observa realmente.” 

La interpretación de Copenhague estipula que el universo existe en un continuo proceso de germinación, como la levadura, dividiéndose en una infinitud de universos que contienen todas las posibilidades, por más remotas que sean.” 

Stephen Hawking dice “nuestro universo no tiene ningún tipo de superposiciones ni contradicciones, ni acciones fantasmagóricas ni no localidad, sino que fenómenos cuánticos aparentemente contradictorios, junto con todas las elecciones que personalmente crees que nunca hiciste, existen ahora mismo en incontables universos paralelos”. 

CUARTO PRINCIPIO 

CUARTO PRINCIPIO DEL BIOCENTRISMO: SIN CONCIENCIA, LA “MATERIA” RESIDE EN UN ESTADO DE PROBABILIDAD INDETERMINADO. CUALQUIER UNIVERSO QUE PUDIERA HABER PRECEDIDO A LA CONCIENCIA HABRIA EXISTIDO SOLO EN UN ESTADO DE PROBABILIDAD. 

La información del campo necesita de un observador, al colapsar la información hace que las partículas se materialicen en un tipo de suceso. Sin el observador dicha información permanece en el campo o matriz, a la espera de que el observador la colapse y así las partículas se comporten de una determinada manera. 

QUINTO PRINCIPIO

QUINTO PRINCIPIO DEL BIOCENTRISMO: SOLO EL BIOCENTRISMO PUEDE EXPLICAR LA ESTRUCTURA DEL UNIVERSO. EL UNIVERSO ESTÁ PERFECTAMENTE AJUSTADO PARA QUE EN ÉL HAYA VIDA, LO CUAL TIENE VERDADERO SENTIDO, YA QUE LA VIDA CREA AL UNIVERSO, Y NO AL CONTRARIO. EL UNIVERSO ES SENCILLAMENTE LA LÓGICA ESPACIOTEMPORAL COMPLETA DEL SER. 

El universo debe tener aquellas propiedades que permiten que la vida se desarrolle dentro de él porque obviamente fue “diseñado” con la meta de generar y sustentar observadores. 

El físico John Wheeler (1911-2008), expone en su teoría que cualquier vida previa en la Tierra habría existido en un estado indeterminado, como el gato de Schrödinger. Una vez que existe un observador, los aspectos del cosmos que él observa se ven forzados a adoptar un estado, estado que incluye una supuesta vida previa en la Tierra, lo cual significa que un universo previo a la vida solo puede existir retroactivamente tras la aparición de la conciencia. El tiempo es una ilusión de la conciencia. 

Si el universo está creado por la vida, ningún universo que no reuniera condiciones para la vida podría existir. Esto encaja a la perfección con la teoría cuántica y con el universo participativo de John Wheeler, en el que los observadores son un requisito imprescindible para que el cosmos cobre existencia. El universo se hallaba en un estado de probabilidad indeterminada, cuando la observación empezó el universo se colapsó, adoptando un estado real, inevitablemente lo hizo adquiriendo un estado que reuniera las condiciones necesarias para la existencia de la observación que lo hizo colapsarse. El universo entero, hecho exquisitamente a nuestra medida, a medida de la existencia, surgió de repente de la nada absoluta ¿quién, en su sano juicio, aceptaría algo así? ¿Cómo es que todas y cada una de la multitud de fuerzas y constantes están perfectamente sintonizadas para hacer posible la existencia de la vida?.

SEXTO PRINCIPIO

SEXTO PRINCIPIO DEL BIOCENTRISMO: EL TIEMPO NO TIENE EXISTENCIA REAL FUERA DE LA PERCEPCIÓN SENSORIAL ANIMAL. EL TIEMPO ES EL PROCESO MEDIANTE EL CUAL PERCIBIMOS LOS CAMBIOS DEL UNIVERSO. 

La teoría cuántica pone cada vez más en duda la existencia del tiempo tal y como lo conocemos. 

La corriente filosófica argumenta que el pasado existe solo como ideas en la mente –que en sí mismas son únicamente sucesos neuroeléctricos que tienen lugar estrictamente en el momento presente- y que el futuro es asimismo un mero constructo mental, una anticipación, una agrupación de pensamientos. Y dado que pensar ocurre exclusivamente en el ahora, ¿dónde está el tiempo? ¿Existe el tiempo por sí mismo, separado de los conceptos humanos, que no son más que la base de las fórmulas que empleamos para comunicarnos y describir el movimiento y los sucesos?. 

Por otro lado los físicos, consideran que ninguno de los modelos que se han utilizado para comprender la realidad –desde las leyes de Newton y las ecuaciones de campo de Einstein hasta la mecánica cuántica- necesitan de tiempo; todos son simétricos en relación con él. 

Pero ¿es el tiempo una idea, o se trata de una realidad? La realidad o falta de realidad del tiempo constituye sin duda un debate muy antiguo. La naturaleza del tiempo es un producto biocéntrico, una creación biológica, que no es más que una ayuda operativa muy práctica para el circuito mental de algunos organismos vivos a la hora de realizar ciertas funciones específicas. 

Recuerda que todo lo que percibes se reconstruye activa y repetidamente dentro de tu cabeza; es lo que está sucediéndote en este preciso momento. El tiempo se puede definir como la suma interior de los estados espaciales. 

El principio de incertidumbre de Heisenberg dice: “una trayectoria cobra existencia solo cuando uno la observa”. Sin vida, no hay tiempo ni movimiento. 

La relatividad: la comparación de las percepciones y mediciones propias con las de otra persona. Todo ello significa, al menos, que irrefutablemente el tiempo no es una constante, y ningún elemento que varíe al cambiar las circunstancias puede ser fundamental ni formar parte de la realidad básica del cosmos de la manera en que parecen hacerlo la velocidad de la luz, la conciencia o incluso la constante gravitatoria. 

En lugar de imaginar que el tiempo es una realidad absoluta, imagina ahora que la existencia es como una grabación de sonido. Escuchar un viejo fonógrafo no altera el disco en sí, y, dependiendo de dónde coloque la aguja, oirás cierta pieza musical. Esto es a lo que llamamos presente. La música que hay antes y después de la canción que ahora suena es a lo que denominamos el pasado y el futuro. Imagina, de forma semejante, que todos los momentos y días perduraran en la naturaleza para siempre. El disco no desaparece; todos los “ahora” (todas las canciones del disco de vinilo) existen simultáneamente, a pesar de que sólo podemos experimentar el mundo (o el sonido del disco) de secuencia en secuencia (o de canción en canción). Experimentamos el tiempo de modo lineal. 

Einstein admitió: “Ahora Besso (uno de sus amigos más antiguos) se ha ido de este extraño mundo un poco antes que yo. Eso no significa nada. La gente como nosotros(…) sabe que la diferenciación entre pasado, presente y futuro es solo una terca y persistente ilusión”. 

La gente acepta que el tiempo existe como entidad física porque hemos inventado esos objetos llamados relojes, que simplemente son más rítmicos y sistemáticos que el florecer de un capullo o el pudrirse de una manzana. 

En los raros momentos de claridad y vacío mental, o cuando el peligro o una experiencia nueva nos obligan a centrar en ellos toda nuestra atención, el tiempo se desvanece, y lo reemplaza un dichoso e inefable sentimiento de libertad, o la concentración si igual ligada a escapar de un peligro inmediato. 

El tiempo no existe como unidad independiente de la vida que es consciente de él, y en realidad no existe tampoco dentro del contexto de la vida.

SÉPTIMO PRINCIPIO

SEPTIMO PRINCIPIO DEL BIOCENTRISMO: EL ESPACIO, AL IGUAL QUE EL TIEMPO, NO ES UN OBJETO. EL ESPACIO ES OTRA FORMA DE NUESTRO ENTENDIMIENTO ANIMAL Y CARECE DE REALIDAD INDEPENDIENTE. LLEVAMOS EL ESPACIO Y EL TIEMPO CON NOSOTROS ADONDEQUIERA QUE VAMOS, COMO HACEN LAS TORTUGAS CON SUS CAPARAZONES. ASI PUES, NO HAY UNA MATRIZ ABSOLUTA CON EXISTENCIA PROPIA E INDEPENDIENTE DE LA VIDA EN LA QUE OCURRAN LOS ACONTECIMIENTOS FÍSICOS. 

Todos sabemos instintivamente que el espacio y el tiempo no son cosas, no son el tipo de objetos que podemos ver, sentir, degustar, tocar u oler; los caracteriza una peculiar intangibilidad. No podemos levantarlos y colocarlos en una balda, como si fueran conchas o piedras que hemos encontrado en la playa. 

Espacio y tiempo no son ni físicos ni fundamentalmente reales; son conceptuales, lo cual significa que tienen una naturaleza singularmente subjetiva. Son modos de interpretación y de comprensión. Forman parte de la lógica mental del organismo animal, el software que moldea las sensaciones, convirtiéndolas en objetos multidimensionales. Junto con el tiempo, el espacio es otro constructo humano. 

En apariencia existen una infinidad de objetos separados dentro de una matriz espacial, objetos separados unos de otros por un espacio vacío. 

Experimentos de la teoría cuántica, como hemos visto, sugieren muy convincentemente que la distancia (espacio) no es en absoluto una realidad para las partículas entrelazadas, por muy grande que parezca ser la separación entre ellas. 

La relatividad de Einstein ha puesto de manifiesto, también, que el espacio no es una constante, no es absoluto, y por lo tanto no es inherentemente sustancial. Con esto, queremos decir que un viaje a una velocidad extremadamente alta hace que el espacio en cuestión se encoja esencialmente hasta ser nada. 

En el siglo XVIII, Immanuel Kant, adelantándose a su tiempo, dijo que “debemos librarnos de la idea que el espacio y el tiempo son cualidades reales que tienen las cosas en sí (…)Todos los cuerpos, junto con el espacio en el que están, no deben considerarse más que meras representaciones personales, y no existen más que en nuestros pensamientos”. 

El Biocentrismo demuestra, que el espacio es una proyección que tiene su origen en el interior de nuestras mentes, donde comienza la experiencia. Es una herramienta de la vida, la forma del sentimiento más externo que le permite a un organismo coordinar la información sensorial y hacer juicios sobre la calidad e intensidad de lo que percibe. El espacio no es un fenómeno físico por si, y no debería de estudiarse de la misma manera que las sustancias químicas o las partículas en movimiento. 

¿Qué es el espacio , de no ser por el observador? El espacio no es meramente un contenedor sin paredes. Es pertinente preguntar qué quedaría si se eliminaran la vida y todos los objetos. 

¿Dónde estaría el espacio entonces? ¿Qué definiría sus límites? Es inconcebible que nada exista en el mundo físico sin ninguna sustancia sin fin. 

La matriz aparentemente vacía en la que se basa el libro de cuentos de la realidad es de hecho un “campo” vivo, animado, una potente entidad que está cualquier cosa menos vacía: 

(1) El espacio no está vacío. 

(2) Las distancias entre los objetos pueden mutar, y de hecho mutan, dependiendo de una multitud de condiciones, de tal modo que no existe en ninguna parte una distancia fundamental entre dos cosas cualesquiera. 

(3) La teoría cuántica hace dudar seriamente de que incluso dos objetos individuales distantes el uno del otro estén verdaderamente separados. 

(4) “Vemos” separaciones entre los objetos solo porque, mediante el lenguaje y las convenciones, se nos ha condicionado y acostumbrado a trazar límites. 

El campo actúa sobre la conciencia (al percibir las entidades externas, experimentar los efectos de la aceleración y la gravedad, etcétera) como que ella actúa sobre el campo (al ser consciente de los sistemas de la mecánica cuántica, y construir un sistema coordinado para describir las relaciones basadas en la luz, etc.)

Los experimentos de entrelazamiento cuántico realizados desde 1997 han puesto en tela de juicio el significado el espacio, generando además constantes preguntas sobre qué significan dichos experimentos con partículas entrelazadas. 

Los cosmólogos aseguran que todo estaba en contacto, y nació el Big Bang. Además, si aceptamos que el mundo exterior ocurre solo en la mente, en la conciencia, y que es el interior de nuestro cerebro lo que percibimos y conocemos como “Fuera” como este momento, eso significa, por supuesto, que todo está conectado con todo.


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