– En cuanto llego de vacaciones en un lugar, se pone a llover…
Lo que ignora cada actor es que fue el realizador de su obra. Sí, aunque parezca increíble: es él, y nadie más, quien dio las ordenes: Quéjate, gime incluso cuando todo va bien, porque es un modo de ser visto y mimado, o aún: Agrede al otro antes que te agreda a ti, etc.
Un ejemplo, un señor que se enamora de una mujer complicada. Intenta seducirla en vano. Entonces se deprime y cae realmente muy bajo, y no encontra energía para seguir. Otro que se queja de nunca acabar nada de lo que empieza. Pero es él quien decidió este guión, hace mucho tiempo. Su madre quiso abortarlo, pero no lo hizo, no llegó al final. Y mejor, porque sino hubiese muerto. Entonces para él, ir hasta el final, es la muerte. Pero esto, lo ha olvidado. Entonces decidió no terminar nada para no morir.
Cuando miramos una obra de teatro, vemos al realizador? Los ensayos? Todo esto se ha hecho invisible, inconsciente, pero está muy presente.
El inconsciente lo pone en escena; el consciente se queja.
Una actriz quiere un hijo. Pero el realizador, el inconsciente, eligió un libro escrito por su abuela: muere en el parto. Entonces pone en escena un guión en el cual no hay que parir, por lo tanto no concebir, o bien justo hacer abortos naturales. Esto es para sobrevivir, naturalmente para no morir.